Monday, November 19, 2007

PAISAJE TERRESTRE


PAISAJE TERRESTRE
de
DORIS MOROMISATO





Doris nos cuenta que los poemas incluidos en este poemario fueron escritos entre 1990 y el 2007, algunos ya fueron publicados con anterioridad.

Esta es una edición especial presentada en la IV semana del libro "Canto de amor al Amazonas, poetas latinoamericanos por la floresta, la integración y la justicia", organizada por Tierra Nueva Editores en la ciudad de Iquitos del 13 al 17 de setiembre de esta año.




Nació en 1962 en Chambala, Lima. Es graduada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado los poemarios Morada donde la luna perdió su palidez (1988), Chambala era un camino (1999) y Diario de la mujer es ponja (2004), así como el libro de crónicas Okinawa. Un siglo en el Perú (2006). Sus poemas, cuentos, ensayos y crónicas están incluidos en diversas antologías y traducidos a diferentes idiomas. En 1992, junto a Martha Meier M. Q., fundó la Red Nacional de Acción Ecologista del Perú (RENACE Perú) y es editora de la Colección Espejo­­­­­ –Poetas por la Naturaleza. Es ecologista, feminista y budista. En el 2006 la Prefectura de Okinawa la nombró Embajadora de Buena Voluntad. Actualmente es columnista de Discovery Nikkei Website, y desde el 2005 tiene a su cargo la organización de las ferias de libros como Directora Cultural de la Cámara Peruana del Libro. Es una mujer agradecida con la vida. Su pasión es editar, organizar eventos culturales, viajar muchísimo y vivir bien acompañada.

Aquí tan solo una muestra:


ORACIÓN DE UN CAZADOR INICIADO
A UN RENO EN GROENLANDIA


Si he de matarte para vivir
prefiero comer bayas y el musgo que crece
entre las piedras
y cuando todo el reino esté pelado
por mi humana voracidad
prefiero esperar que me sepulte la nieve
casto
puro
hambriento

si he de matarte para vivir.


GENESIS

Al principio todo era caos.
La oscuridad cubría los abismos de la tierra
y el espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas.
“Hágase la luz”, dijo.
Y creó lo verde, y las criaturas aladas y marinas,
y las estrellas, y las bestias, y el firmamento.
Pero creó la humanidad
y, así, el exterminio.

Oh, Dios, devuélvenos al caos,
voltea la piel a tu creación.

Haz que el elefante africano no tenga marfil
haz que se borre el rojo de los guacamayos
haz que no salte ni sonría el delfín
haz que el tigre blanco se funda con la noche
haz que el oso panda se despeine
haz que sean de piedra los árboles
haz que el pato de Junín no trague mineral
haz que el perrito de la pradera no sea fotogénico
haz que no salten los monos
haz que no canten los canarios
haz que los toros aplaudan la matanza de los toreros
haz que las minas solo sean bostezos de la tierra
haz que vuele el pavo real, y que el de mentira
se quede en los libros
haz que no sean inmaculadas las focas
haz que marta no tenga piel
haz que las flores no sean technicolor
haz que no sea tierno mink
haz que no sean de carne los seres
haz que el aire sea de cristal
haz que los mares sean de papel

Oh, Dios, voltea la piel a tu creación
devuélvenos a la nada.


EL ARTE DE ARRANCAR LA MALAYERBA


Ha de ser la tierra un habitáculo para tu cuerpo.
Como las plantas, echar raíz en todo.

Palpa la superficie, aprende a escuchar con tus dedos
la sinfonía de la tierra
la tersura es su sonata, la esperanza su contrapunto.

Cada gusano lleva en su panza el océano.

Encuentra la malayerba,
a su raíz habrás de llegar sin prisa.
Rodea el corazón sin rasgar la arteria
Ah, el corazón…

De cuajo saldrá la duda

Nada bueno saldrá de ti si estás rodeada
de grama
de insectos
de amores que no restallan contra las olas
que no aparecen su semilla hacia otros huertos

Mi madre decía que dos clases de malayerba tenía la tierra
la que mataba a sus cuyes
y la que no

Si me miras y dices no
la malayerba crecerá en mi pecho
mi corazón se perderá en el lodo
corrupta de amor vagaré por la tierra
Rodea mi corazón.
Ah, mi corazón
y arráncame de cuajo la duda.