Friday, October 09, 2009

EL COJO Y EL LOCO de Jaime Bayli



Alfaguara (Lima, Perú), 2009.










Sexo y violencia, en líneas generales...

Indudablemente que las novelas de Jaime cumplen su objetivo de divertir y pasar un buen rato (unas horas mientras se lee en el carro, en la cafetería, otro mientras esperamos una flaca o a que inicie una conferencia). Me la pasé bien, en buena cuenta, como si me hubiera ido acompañando a ver La era del hielo. Pero en su lenguaje diría que es para cagarse de la risa, y en una de esas una tía de mi lado y otros en el microbús mi miraron extrañados (salía del trabajo y para distraerme leía). Justo leía “El cojo se sentía una mierda, una basura, cuando lo escondían de los demás. Yo no tengo la culpa de ser cojo, pensaba. Dios, hijo de puta, por qué mierda me hiciste cojo, se lamentaba.” O cuando hacia sus descripciones lujuriosas y reconozco que sentí que en el carro se armaba la herramienta de trabajo y había que controlarse.

Pero cada historia, del cojo y del loco, excluidos y marginados y avergonzados por sus familias, en uno por sus defecto físico y otro por su indudable salud mental, tiene sus caminos enrevesados, desordenados, con sus demonios y sus locuras. Hay amores, odios almacenados, violaciones, acoso sexual, asesinatos y suicidios, y pajazos a montones.

Encontrarán sinónimos que en argot utilizamos para el pene y la vagina, se ilustrarán más. Retoma sus historias donde sus personajes salen de la ciudad y hacen peripecias en la serranía, como en Y de repente, un ángel (2005), cuando su personaje se va por Caraz y hace de las suyas. Lo común de esos personajes, el cojo y el loco, eran pingalocas.

39 soles que gasté como ir al cine y comerme algo. Eso sí, no lo lean de pie delante de gente, pues corren el riego de que se les pare el pájaro y pasen un bochorno.

Los comentarios sobran sobre si es marketero, miente sobre su opción sexual, etc.. Lo hace porque es su manera de ser. joder y llamar la atención...............

Léanlo con buena leche...



El destino de Bobby parece estar jodido desde
que se volvió cojo. Sus padres se avergüenzan de él y lo
envían a estudiar fuera. En el barco es abusado por la
tripulación. Humillado, se propone nunca más ser la
víctima y pasar a ser el victimario.
Apasionado de las motos y las armas de fuego,
incapaz de ser leal o de amar, vuelve a Lima
dispuesto a vengar su suerte contrariada.

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El loco Pancho es bruto, feo, sucio y tartamudo.
Además, está poseído por una lujuria
incontrolable. Cuando en una lejana hacienda
parece enderezar su destino, la reforma agraria lo
obliga a regresar a Lima. Incapaz de adaptarse a las
costumbres burguesas, se aficiona a la marihuana,
se vuelve hippie, quema sus documentos, abandona
a su familia y huye a las montañas, buscando una
paz que le resulta esquiva



Este es el relato brutal y vertiginoso de la vidas de
dos jóvenes de la clase alta limeña, el cojo y el loco,
víctimas de la crueldad y de las vejaciones de sus padres,
quienes los convierten en dos sujetos sin escrúpulos,
dispuestos a dinamitar todo lo que encuentren en
su camino. Su marginalidad proviene, en última
instancia, del desajuste entre sus rasgos físicos –la
cojera, la tartamudez- y los valores típicos de su
clase, donde lo distinto es considerado deforme,
anormal, y, por tanto, es ocultado como una infamia.

(texto de contratapa del libro)


http://jaime-bayly.com/wp/?p=83